La prospectiva, término proveniente del latín “prospicere” (que significa ver hacia delante, a lo lejos, a todos lados, a lo largo y ancho, es decir, tener una visión integral), es aquella disciplina académica orientada a desarrollar procesos sistemáticos de análisis del contexto actual, desde sus diferentes aristas, y de sus correspondientes perspectivas de futuro. En tal sentido, desarrolla diversas metodologías que podríamos calificar como “anti-azar” (Godet, 2007b).
En tal sentido, la prospectiva se nutre permanentemente de la historia y su dinámica, siguiendo los acontecimientos protagonizados por los grupos gestores en conflicto para cada periodo de tiempo. Dichas luchas entre colectivos antagónicos son las que determinan la direccionalidad histórica, sus fines. La tarea inmediatamente posterior es encontrar los medios adecuados, la ruta de cambio, para alcanzar dichos fines.
Lo que diferencia a la prospectiva de otros enfoques es su proceso de construcción de futuro a partir de las condiciones presentes, donde se incluye especialmente la actuación de los grupos de interés, definiendo los respectivos factores de inercia y de transformación (gestión de la incertidumbre). Desde esta perspectiva, propone profundos análisis colectivos de los antecedentes históricos y tendencias, cambios estratégicos ocurridos en el entorno y sus correspondientes relaciones causales. Se convierte así en el instrumento metodológico más adecuado para la comprensión de realidades complejas y la visualización de sus escenarios futuros posibles. Esta dinámica facilita la visibilización de las estructuras y dinámicas sociales sumergidas que resultan determinantes para entender y actuar en contextos volátiles e inciertos, por lo que se recomienda que en dichos entornos la prospectiva se convierta en el enfoque inmediato y natural de análisis.
En sus orígenes, la prospectiva fue desarrollada en Francia al final de la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de apoyar los esfuerzos de planificación de la reconstrucción del país, especialmente aquella relacionada directamente con el desarrollo económico en general e industrial en particular. En el año 1957, como parte de estos niveles iniciales de su desarrollo como disciplina científica, fue creado el Centro Internacional de Prospectiva por el filósofo Gastón Berger, quien fue también el inventor del término. Berger planteó la prospectiva como estudio de los porvenires posibles y verificables, como disciplina de la comprensión anticipada y la imaginación creativa, no sólo como deducción del futuro a partir de las tendencias presentadas en el pasado y de sus respectivas progresiones. Asociada a la acción directa, su interés principal es el diseño de estrategias de intervención que hagan frente a las amenazas y optimicen el aprovechamiento de las oportunidades surgidas.
Berger también fundó, junto con André Gros, la revista “Prospective”. En 1960 se creó una cátedra de Prospectiva que asumió Gastón Beger en la Escuela Práctica de Altos Estudios (École Pratique des Hautes Études – EPHE) de París. Ese mismo año, el politólogo y economista francés Berthrand de Jouvenel crea el Proyecto Futuribles e impulsa los estudios del futuro junto con Pierre Massé y André Clement Decouflé, quien a su vez forma en 1971 el Laboratorio de Prospectiva Aplicada.
El proceso de prospección obedece siempre a una lógica dialéctica, pasando por tres grandes fases. Se inicia con la identificación y el análisis en profundidad de las variables y sus respectivas tendencias. Luego se procede a la interpretación sistémica de la información analizada, procesando diferentes horizontes temporales desde una perspectiva integral y multidisciplinaria. Por último, se realiza la prospección, planificando la acción transformadora desde diferentes escenarios vistos como referentes operativos factibles. En dicha planificación se hace uso principalmente de la imaginación informada, aprovechando todos los insumos disponibles desde las dinámicas de los actores involucrados y sus sinergias.
La prospectiva posee dos características fundamentales. Es exploratoria pues implica el análisis de tendencias, contratendencias, rupturas y bifurcaciones surgidas de los acontecimientos pasados y presentes. Y también es normativa, pues se propone
construir un futuro deseable a partir de una estrategia participativa de transformación social.
Como podemos apreciar en el gráfico anterior, a través de la prospectiva visualizamos los escenarios futuros, dentro de los cuales se encuentran aquellos que son factibles y, al interior de éstos, los que consideramos deseables. Uno de esos escenarios deseables se convertirá en nuestra visión de futuro, a partir de la cual construiremos una cadena causal de supuestos y precondiciones necesarias para alcanzarla desde el contexto actual.
Actualmente, existen diferentes clases de prospectivas. Tenemos, por ejemplo, a la prospectiva estratégica, prospectiva sectorial (turismo, energía, industrial, etc.), prospectiva científica y tecnológica, prospectiva para la paz (seguridad humana, conflictos), prospectiva para la formulación de políticas públicas, prospectiva territorial y desarrollo sustentable, prospectiva para el análisis de riesgo político, etc. Entre ellas, la prospectiva estratégica es la más conocida y utilizada. Este tipo de prospectiva tiene siete etapas de desarrollo: a) Pre-diagnóstico (Exploración); b) Diagnostico; c) Diseño prospectivo; d) Plan de acción; e) Implementación del Plan Estratégico; f) Vigilancia prospectiva; g) Ajustes de brechas.
La prospectiva estratégica cuenta con una variada gama de herramientas, agrupadas en cinco grandes conjuntos: los Análisis de Sistema, Variables y Actores junto con los Diseños de Escenarios y Estrategias. Dentro de estos grupos tenemos, entre los instrumentos más conocidos, al método de escenarios, los talleres de prospectiva estratégica, los árboles de competencia, los talleres de análisis estratégico, el diagnóstico estratégico, el análisis estructural, el método MACTOR, el Análisis Morfológico, el método Delphi, el ábaco de Regnier, los impactos cruzados probabilizados, los árboles de pertinencia y el método Multipol.